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Martes, 22 de agosto 2017, 00:58
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Orriols se ha acostumbrado a ganar. La temporada pasada fue una concatenación de éxitos y el equipo está decidido a mantener esa dinámica en Primera. Muñiz ha dotado al Levante de un gen ganador que asimiló tan bien en Segunda que en la máxima categoría sigue dando sus frutos igual de bien. El guión del triunfo fue el mismo que ante Tenerife o Mirandés, pero ahora estaba el Villarreal delante. El equipo dominó, sufrió y aprovechó su oportunidad para llevarse el triunfo. Pero con un factor diferencial. Ha vuelto el mejor Morales. La victoria fue en buena medida suya. El triunfo del comandante.
Levante UD
Raúl, Iván López, Postigo, Chema, Toño; Lerma, Campaña (Boateng, m.85), Bardhi (Doukouré, m.70); Jason, Morales y Alegría (Ivi, m.77)
1
-
0
Villarreal CF
Andrés, Rukavina, Álvaro, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Rodrigo, Trigueros, Fornals; Sansone (Leo Suárez, m.62), Unal y Bacca (N'Diayé, m.80)
goles 1-0, m.88: Morales, de penalti
árbitro Álvarez Izquierdo (C. Catalán). Amonesto por el Levante a Lerma, y por el Villarreal a Trigueros, Rukavina y Víctor Ruiz
incidencias Partido correspondiente a la primera jornada de la Liga disputado en el estadio 'Ciutat de València' ante 20.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados de Cataluña
El madrileño siempre creyó en ganar el derbi, se mostró imparable por la izquierda y protagonizó todas las acciones de peligro del Levante. Hasta que provocó el penalti a tres minutos del final (que fue muy dudoso) y marcó el gol que da el primer triunfo en una jornada inaugural de la historia granota en la máxima categoría. Para dar brillo a un partido serio y competitivo del conjunto azulgrana, en el que siempre fue mejor que el Villarreal. El equipo nunca se comportó como un recién ascendido, no tuvo ni miedo ni complejos ante un club de Europa y le superó en todo. haciéndole sentir incómodo y obligándole a atrincherarse en su área.
Muñiz basó su alineación en el armazón principal del ascenso. Nueve de los once futbolistas estaban la temporada pasada en el equipo y sólo Bardhi y Alegría fueron titulares de los nuevos fichajes. Desde el inicio se vieron las señas de identidad de lo que debe ser el equipo, que se mostró competitivo, luchador, sólido en defensa y con buen trato en el fútbol de ataque. La primera llegada fue para los granotas, con una potente internada de Morales por la izquierda, que enseñó los colmillos a Rukavina. Al madrileño se le nota mucho más cómodo en Primera. Liberado de esa presión de tener que ser el líder, volvió a ser el mejor Morales, vertical y con desborde. El peso del juego lo llevaba claramente el equipo de Muñiz. Intenso en la presión, tenía claridad de ideas para triangular cada acción hasta llegar al área, pero allí moría cada ataque. Bardhi y Campaña conducían con criterio y atrevimiento, Jason y Morales rompían por las bandas y los azulgranas obligaban al Villarreal a meterse en su área, donde siempre se siente cómodo.
Los amarillos renunciaban a la posesión, pero las veces que se asomaron a la portería granota crearon las acciones de más peligro. Bacca primero le pilló la espalda a la defensa y se plantó solo ante Raúl, aunque remató fuera, y después intentó un remate de espuela que no vio puerta, mientras que Rodri envió un cabezazo tras un córner que rozó el poste. Tres llegadas que animaron a los castellonenses a realizar un juego más profundo. Pero se toparon con Chema y Postigo, impecables en el área. No se notó que era su primer partido en la máxima categoría. El que también dio buenas sensaciones fue Iván López, seguro en la marca a Sansone por banda, tras más de un año casi en blanco.
Bardhi continuamente pedía el balón. Va a ser la piedra angular del proyecto y siempre deja detalles de calidad, además de liderar el juego ofensivo. Pero la defensa del Villarreal ni le concedía espacio para disparar ni provocaba faltas cerca del área para que el macedonio luciera su puntería telescópica. Le faltaba un rematador nato al Levante y el equipo lo notaba. Alegría peleaba mucho, bajaba bien los balones y provocaba segundas jugadas, pero no tenía esa capacidad para ser decisivo. No llegó a un gran centro de Toño. Y es que el peso del ataque granota en la segunda parte se volcó por la izquierda, con el lateral formando una interesante dupla con Morales.
Los de Escribá seguían como la temporada pasada. Perfectos tácticamente pero con muy poca capacidad de sorprender. Y cuando lo intentaban aparecía Chema, el jefe de la defensa azulgrana. El orden de ambos conjuntos se imponía a la creación. El Levante era quien más lo intentaba, pisando continuamente el área pero sin llegar a rematar con peligro. Los granotas volvían a dominar con claridad, pero pedían a gritos que Muñiz aportara alguna solución ofensiva desde el banquillo con un cambio. Bardhi, que se había quedado sin gasolina, fue el elegido y se marchó ovacionado. Doukouré entró en su lugar y la responsabilidad de liderar el ataque recaía en Campaña, que hacía varios minutos ya que había asumido esa función.
Morales, sin duda el más activo del partido para buscar el gol, estuvo cerca de rematar un excelente centro de Jason tras un rapidísimo contragolpe y después Andrés evitó que marcara un gol de bandera tras una acción personal. El técnico volvió a mover el banquillo con la entrada de Ivi, que se colocó como delantero, fuera de su posición natural, en lugar de Alegría. Boateng, el segundo fichaje más caro de la historia, entró después por un Campaña que ya se había quedado sin fuerzas y su primer salto causó admiración en la grada. Ivi se colocó en la izquierda y Morales como mediapunta. Viendo que el Villarreal sufría, Escribá quitó a Bacca y reforzó el centro del campo con N'Diaye. Quería orden para llevarse el empate.
Pero el destino premió el atrevimiento y la valentía granota ante el conformismo amarillo. En la enésima vez que Morales encaraba en el área fue derribado por Rukavina. A tres minutos para el noventa. Penalti. El Ciutat estalló. El propio Morales no se lo pensó y antes de que nadie se diera cuenta ya tenía el balón en sus manos para lanzar desde los once metros. No dio opción a Andrés. Raso y ajustado al poste para dar tres puntos de oro en el estreno. Algo que no había ocurrido nunca. Hasta que llegó el comandante para hacer justicia.
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